Son tus palabras como el viento ancestral
que despeina los sauces que lloran frente a mi morada
al pie de mis aguas, convertidas en manantiales y
milagro de pureza que limpia mis llagas.
Eres el chamán que predice mis historias
mis dolores que emergen del infinito.
¿Hasta cuando he de andar?
Hay tanta soledad en mis entrañas
tanto canto de cisnes y
si no soy ella y también lo soy cuando tú lo percibes
¡El dolor siempre es uno y no desaparece!
Las noches son muy largas
y hondos los abismos donde tus manos no alcanzan
la hondura en el precipicio de mi antojo
de mi delirio de mi insensatez.
Callarán las campanas
resurgirán los lechos de amapolas
para no volver los incendios de mi voz
a perturbar tus sueños.
by Lilian Viacava Dama de la Poesía
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