Antes yo te miraba al borde de la arena de tu infinita playa
la canción de las olas rompía en la orilla
allí donde nacimos y donde fuimos niños
allí donde La Palma se yergue majestuosa
airosa del Soneto de nuestra amada Juana.
Ahora yo te veo entre amarillas luces
cuadriculada y gris acera fermentada
entre grietas absurdas de la melancolía
como dice algún tango de las luces del Centro.
Luego de tu partida y nuestro amor tardío
quedaron en las notas de nuestro pentagrama
obseso y destinado latiendo en las esquinas
tu corazón y el barrio que se quedó sin vida.
Las plazas tienen flores y fuentes cantarinas
con gente a sus costados, emisarios fingidos
de tristes alegrías que vienen de otros lados
raídas esperanzas sonríen y se olvidan.
Cabildo disfrazado se perfila en tus calles
que siguen siendo grises y entonces me pregunto
será porque a tus pies se fermenta el olvido
del Río de la Plata.
Ambiguas alegrías, según por donde mires
miradas de turistas visten Montevideo
con ojos sorprendidos ante tanto contraste
el candombe y la plena suenan en cualquier parte
y van por las arenas donde el sol es naranja
y compran con dinero artesana alegría.
Por eso es que yo brindo con agua de jazmines
uso collar de dalias al salir por tus calles
ciudad de mis encantos tristes y solitarios
por que nadie se entere que tal vez es un sueño
esta ciudad tan mía...
Lilian Viacava Dama de la Poesía
©copyright - derechos de autor
foto placa Homenaje
Soneto La Palma de Juana de Irbarbouru
Rambla de la playa Pocitos de Montevideo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario