A la sombra de tu ala
fue donde empecé a soñar
y tu voz era que hablaba:
¡la niña de Guatemala
a la que le he de cantar!
perfumada de jazmín
y su corazón latía
como si fuera a morir.
pero ella no te olvidó…
te esperó triste y callada
te esperó en el mirador
el día de despedida
fue el beso mas urgente
que jamás diste en la vida
y todos fueron a verte
y ella seguía esperando
otro beso en su frente.
ella sola se internó
¡pero no murió de frío,
ella se murió de amor!
luego su mano afilada,
ella dormía y moría
ya jamás se despertara…
bebí todas tus palabras
lloré por mi y esa niña
¡la niña de Guatemala!…
de un amor que a todos duele
necesito como ella
¡esos besos en mi frente!…
cuando cae el atardecer
esperando aquel amor
que ya nunca ha de volver
del sueño del trovador
si estoy despierta no se
o si estoy muerta de amor.
y frente al mar yo suspiro
en el mirador le veo
como si fuera dios mismo.
que nace cerca del agua
y nunca se hace añosa.
y tus versos releyendo
lágrimas ruedan por el suelo
mientras le sigo queriendo.
la historia de esos amores
bebiendo lágrima y letra
de esos viejos resplandores
y me permitas vivirlo
vivo muriendo y soñando
rodando por un abismo.
un poema que me hiere
el de una niña esperando
un amor que nunca muere.
acompañar hoy tu canto
para que sepas que es vivo
el amor al que le canto.
más nunca muere el amor
aquel que la hace eterna
a la que murió de amor.
Antología a José Martí
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